Memento Mori

Roberto Focke
2 min read6 days ago

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Una vez alguien dijo que todos moriremos solos porque la muerte es una experiencia intima, intransferible, incompartible. Nadie puede explicarte cómo es morir porque nadie sabe cómo es hasta que le sucede y al suceder ya no se puede comunicarlo.

Tampoco puedes compartir el sentimiento de perder un amigo o familiar o cualquier individuo cuya existencia tenga real sentido en tu vida porque el sentido que tiene tu perdida es tu vivencia compartida con el difunto.

Al morir un ser cercano también morimos un poco con él porque perdemos una percepción intima, una reflejo, un relato de una existencia parcial y compartida.

Entonces la experiencia de morir es incompartible y el sentimiento de una perdida también. Que muriera tu madre no significa que entendieras lo qué significa que muriera la mía.

Cuando la muerte nos arrebata a alguien no regala una advertencia: “Memento Mori”, que lejos de producir un miedo infructuoso debería llevarnos a disfrutar cada momento sobre esta roca llamada planeta tierra.

“Memento Mori” es un concepto que uno puede conocer pero solo metabolizar, lograr una comprensión intima, conseguir una enseñanza que nos modifique, cuando vemos la muerte próxima ya sea porque nosotros mismo la probamos o porque la probó alguien tan cercano a nosotros que también fuimos nosotros.

Si bien la muerte como experiencia propia es incompartible como experiencia de un otro nos señala como vivir. Vida y muerte son la misma cosa: una “vida pura”, inmutable, imperturbable no sería vida sino solo un objeto, la posibilidad de vida, de cambio, es la posibilidad de muerte. Uno muere diariamente, al menos a nivel celular, y periódicamente, cuando dejamos de ser quienes fuimos. Qué relación tiene un estudiante de filosofía, de rulos largos, militante del antideporte, lector de libros extensos y antiperonista, con un trabajador de informática, pelo corto, peronista, obediente a su diaria actividad física y lector de tweets fugaces?, nada, excepto yo que fui ambos.

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Roberto Focke

Twitter, mínimo y claustrofóbico, y facebook con su vocación vigilante, terminaron expulsándome a medium de horizonte tan enorme como la hoja en blanco.